Defectos refractivos en niños

Los defectos refractivos, como la miopía, hipermetropía y astigmatismo, afectan la capacidad del niño para ver con claridad y pueden impactar su rendimiento escolar y desarrollo social.

defectos refractivos ninos

Es uno de los procedimientos médicos más realizados y más estudiados a nivel mundial.

Más del 95% de los pacientes experimentan una mejora significativa en su visión.

La cirugía refractiva es considerada una de las intervenciones más seguras.

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fondo ojo

¿Qué son los defectos refractivos en niños?

Los defectos refractivos son problemas en la forma en que el ojo enfoca la luz, lo que provoca visión borrosa. En niños, los más comunes son:

🔹 Miopía infantil: Dificultad para ver de lejos.
🔹 Hipermetropía en niños: Dificultad para ver de cerca.
🔹 Astigmatismo infantil: Visión distorsionada tanto de lejos como de cerca.

Estos problemas pueden corregirse con gafas, lentes de contacto o, en algunos casos, con cirugía en la edad adulta.

¿Cómo saber si tu hijo tiene problemas de visión?

✅ Se acerca demasiado a los libros, pantallas o pizarras.
✅ Entrecierra los ojos o inclina la cabeza para ver mejor.
✅ Se queja de dolores de cabeza o fatiga visual.
✅ Presenta dificultades para concentrarse en la escuela.
✅ Tiene ojos rojos o lagrimeo frecuente.
✅ Tropieza con facilidad o presenta falta de coordinación.

Si notas alguno de estos síntomas, es recomendable acudir a una revisión oftalmológica para detectar y corregir cualquier problema visual a tiempo.

¿Por qué algunos niños desarrollan defectos refractivos?

🔹 Factores genéticos: Si los padres tienen miopía, hipermetropía o astigmatismo, es más probable que el niño también los desarrolle.
🔹 Uso excesivo de pantallas: La exposición prolongada a dispositivos electrónicos puede favorecer la aparición de miopía.
🔹 Falta de actividad al aire libre: La luz natural ayuda a regular el desarrollo ocular y puede reducir el riesgo de miopía.
🔹 Desarrollo ocular: En algunos casos, el ojo aún está en crecimiento y puede corregir o agravar el defecto con el tiempo.

Soluciones adaptadas a cada necesidad visual.

🔹 Gafas graduadas: La opción más común para corregir la visión en niños.
🔹 Lentes de contacto: Recomendadas en casos específicos y en niños mayores.
🔹 Orto-k (Ortoqueratología): Lentes especiales que moldean la córnea durante la noche para corregir la visión sin gafas durante el día.
🔹 Control de la miopía: Métodos como atropina en dosis bajas o lentes especiales pueden ayudar a ralentizar la progresión de la miopía.
🔹 Cirugía refractiva (en adultos jóvenes): En algunos casos, la corrección quirúrgica puede ser una opción en la edad adulta.

El tratamiento adecuado dependerá de la edad del niño, el tipo y grado del defecto refractivo, y sus necesidades diarias.

Nuestra clínica

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Consulta de oftalmología

Ofrece un entorno acogedor y profesional para diagnósticos precisos y discusiones detalladas sobre tratamientos personalizados.

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Sala de exploración

Equipada con equipos de última generación, esta área permite realizar una variedad de pruebas y exámenes oftalmológicos exhaustivos. 

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Sala de espera

Con una decoración cálida y acogedora, proporcionamos un ambiente relajante donde los pacientes pueden esperar su turno con serenidad.

Resuelve tus dudas

Resolvemos las dudas más comunes sobre los defectos refractivos en niños. Encuentra aquí toda la información que necesitas para recuperar tu visión con confianza.

Desde los primeros meses de vida es posible detectar problemas visuales. Se recomienda una revisión oftalmológica a los 3 años y antes de comenzar la escuela.

En algunos casos, la hipermetropía leve puede mejorar con el crecimiento, pero la miopía suele progresar con la edad.

El uso excesivo de pantallas puede contribuir al desarrollo y progresión de la miopía, por lo que se recomienda limitar su uso y fomentar actividades al aire libre.

A partir de los 8-10 años, si el niño es responsable y necesita una corrección visual sin gafas, como en deportes o actividades específicas.

Puede afectar el desarrollo visual, el rendimiento escolar y la calidad de vida del niño, además de aumentar el riesgo de ojo vago (ambliopía).

Reducir el uso de pantallas, aumentar el tiempo al aire libre y acudir a revisiones oftalmológicas regulares puede ayudar a controlar su progresión.